8 marzo, Día Internacional de la Mujer. Entrevista a la vicedecana del ICOFCV Cristina Salar sobre Fisioterapia y Mujer

Nos gustaría conocer un poco más sobre usted. En primer lugar, quisiéramos saber por qué estudió Fisioterapia…

Quería dedicarme a algo relacionado con las ciencias de la salud. Mi primera opción era medicina pero tras selectividad, decidí visitar un centro de fisioterapia para ver el trabajo que allí se realizaba. El dueño me ofreció ir unos días y conocer el trabajo desde dentro. Esa oportunidad me cambió la forma de entender lo que para mí en ese momento era la fisioterapia. En solo una semana, renuncié a mi sueño de medicina y elegí esta profesión, y tras ya muchos años ejerciéndola no me he arrepentido nunca de esa decisión. El trato diario con el paciente, ver su evolución y el carácter humano y cercano del fisioterapeuta me hizo entender que ese era mi sitio.

¿Qué le llevó a especializarse en el área de la mujer?

Al mundo del suelo pélvico y de la salud de la mujer llegué por casualidad. Trabajaba en un Centro de Neurodesarrollo Infantil y Atención Temprana y uno de mis niños, por su patología, era susceptible de tener problemas de incontinencia. En esa búsqueda de “saber más y poder ayudar” conocí a Mer Blanquet, actualmente amiga, socia y mi maestra en esta área. Ella me enseñó la importancia de la prevención y la salud en la mujer.

Lo que comenzó siendo una formación para poder ayudar a mis niños se convirtió en mi pasión, formándome y dando un giro en mi vida profesional, dedicándome y especializándome en esta área.

Actualmente mi actividad clínica, aunque sigo trabajando en pediatría, se centra mayoritariamente en el abordaje de la patología del suelo pélvico a través del ejercicio terapéutico.

¿En qué áreas relativas a la salud femenina puede ayudar un fisioterapeuta?

La fisioterapia está presente en la patología femenina desde el nacimiento. Un fisioterapeuta puede ayudar a una mujer en afecciones de origen urológico y coloproctológico pediátrico derivadas de malformaciones, patología neurológica u otros orígenes; en el acompañamiento en la salud sexual en la pubertad, el periodo obstétrico, la menopausia; y en patologías oncológicas de origen ginecológico o en las relacionadas con otro tipo de cánceres, en patología reumatológica o neurológica,  y aquellas que tienen mayor incidencia en la mujer.

¿Los problemas del suelo pélvico y las disfunciones sexuales siguen siendo tabú?

Creo que más que tabú son una necesidad, la mujer es más consciente de la necesidad de prevención y tratamiento. Por suerte, hoy se habla más de salud sexual y suelo pélvico en los medios y en los cafés con amigos y amigas. Esto se traslada a la consulta, haciendo que cada vez recibamos gente más joven y no porque la patología comience antes, sino porque se es más consciente de la importancia de la misma y de la necesidad de encontrar soluciones tempranas…

¿Qué consejo le darías a una mujer que se encuentra con uno de esos problemas?

Que la patología del suelo pélvico se puede prevenir y tratar, que dejemos de normalizar lo común. Ni el dolor ni la disfunción es normal. Nuestros tejidos necesitan de atención, escucha y guía para recuperar su función, y el fisioterapeuta del suelo pélvico dispone de las herramientas para hacerlo posible, siendo esencial el trabajo activo por parte del paciente. Nuestra salud urológica, ginecológica, coloproctológica y sexual está en nuestra mano.

¿Recuerda algún caso especial o a destacar de su práctica clínica?

Lo más bonito es poder tratar a varias generaciones, la madre que viene por un postparto a una valoración del suelo pélvico y no solo nos recomienda a sus amigas, sino que nos trae a su niña con enuresis o le aconseja a su madre con incontinencia que venga porque las patologías de suelo pélvico tienen solución. Y aquí quiero hacer un apunte: aunque hoy hablamos de mujeres, la realidad es que el suelo pélvico no es solo una cuestión femenina y cada vez más hombres conocen la importancia del mismo. 

¿Algún área de la salud de la mujer en la que actúe la Fisioterapia que sea menos conocida pero no por ello menos importante?

El suelo pélvico y el deporte se posicionan como una de las áreas de más proyección no solo por la importancia de la musculatura del CORE y suelo pélvico en el deportista, también porque la evidencia nos señala que el entrenamiento de la musculatura del suelo pélvico es el tratamiento de primera línea en la mayoría de las patologías de este área así como en otras que, a priori, no se relacionaban con la misma (pubalgias, lumbalgias, lesión en aductores, etc…). Se ha demostrado que también pueden tener origen por un desequilibrio del control motor de ese diafragma pélvico.

Usted no empezó en este campo sino en el deportivo ¿cómo definiría la relación entre Fisioterapia y Mujer?

Es una relación que ha ido evolucionando a lo largo de los años. Cuando estudiaba la carrera, éramos 100 chicas y 7 chicos en clase, y en los postgrados se veía la diferenciación por sexos en relación a las diferentes especialidades. De hecho, mi entrada en la vida laboral de la mano de la deportiva fue difícil ya que era un “mundo de hombres”. Por suerte ya no es así ni en el Grado ni en postgrado, y creo que estamos en el camino de que tampoco lo sea a nivel laboral. A día de hoy las especializaciones tienen mucho más que ver con motivación e intereses que con el sexo de quien las cursa.

La Fisioterapia es ejercida en su mayor parte por mujeres, ¿qué le diría a todas las compañeras?

Que no se pongan límites, que luchen por sus sueños y que se especialicen con el corazón. No creo que la fisioterapia sea una profesión únicamente de mujeres pero estamos presentes y debemos seguir estándolo en cada una de las áreas de la misma. Como he dicho antes, por motivación e interés, no por cuestión de sexo.

Cuando mis alumnas me dicen “me gustaría estudiar este postgrado o este otro, pero quizá es un mundo más de hombres” siempre les digo lo mismo: pues ya es hora de que cambie, vamos a empezar nosotras a hacerlo realidad.

Es vicedecana del ICOFCV. ¿Qué supone para usted este cargo? 

La entrada en el Colegio supuso una oportunidad de conocer desde dentro la institución y velar por el interés de los colegiados. Es un honor y una obligación defender y dar a conocer la fisioterapia, posicionarnos en la era digital y apostar por la educación para la salud, tanto para el colectivo como para nuestros  usuarios/pacientes.

Desde el ICOFCV queremos acercarnos a las necesidades de nuestro colectivo, que conozcan todo lo que el Colegio ofrece, que cuenten con nosotros y consigamos la unidad, orgullo e identidad que nuestra profesión merece, siendo referente para otros colegios y profesiones.

¿Y cómo ve la profesión?

Creo que la fisioterapia es una profesión joven, con la ilusión que esto ofrece, con muchas  posibilidades de desarrollo al tiempo que con necesidad de evidencia y sentimiento de colectivo, compañerismo  y corporativismo.

Combina su labor docente en la universidad (es profesora de Grado de Fisioterapia del CEU de Elche, codirectora del Postgrado de Experto en Reeducación del Suelo Pélvico de esta universidad, colaboradora en diversas universidades a nivel nacional e internacional) con su trabajo clínico en Corporal Control con la promoción de la fisioterapia a través de Women. ¿Por qué se involucró en todos estos proyectos?

Creo que la fisioterapia necesita de manos, de experiencia, de ciencia y actualización del conocimiento y como fisioterapeuta he intentado aunar todas estas áreas en mi vida profesional. 

La universidad me da ciencia y me exige actualizarme cada día, mis alumnos me transmiten esa “necesidad de aprender” y me demuestran que el conocimiento es infinito. La clínica me acerca a la realidad de la profesión y las necesidades de nuestros pacientes. Women es el sueño de hacer presente el mundo del suelo pélvico a pacientes y profesionales de todo el mundo, con el objetivo de “hacer fisioterapia”.

Como fisioterapeuta y como mujer, ¿algún consejo final?

Que sigamos mirando con los ojos de un niño, tocando con manos seguras, investigando y generando conocimiento, leyendo y cuestionando el mismo, sin olvidarnos de lo importante: el amor por la profesión, nuestros compañeros y pacientes.