Es un paso más en la buena dirección. Pero sigue sin haber cura para la enfermedad. Los medicamentos y la estimulación cerebral pueden aliviar los síntomas, causados por la pérdida acelerada de células nerviosas, en concreto aquellas que producen la dopamina, que ayuda a controlar el estado de ánimo y el movimiento.
La experimentación avanzada con roedores ha constatado que la inyección de células madre en el cerebro de los animales, previamente tratados hasta alcanzar un nivel de dopamina casi nulo, ha comprobado que es posible revertir los daños causados previamente. No se han realizado ensayos clínicos en neuronas humanas, pero los investigadores calculan que pueden tener preparadas las pruebas en el 2017.
Malin Parmar, profesor asociado de neurobiología del desarrollo y regeneración, dijo: "Es un gran avance en el campo [y] un peldaño en el camino hacia los ensayos clínicos". El uso de células madre embrionarias es preferible a cualquier otro tratamiento, ya que es más fácil hacerse con el gran número de células necesarias para el trasplante tras su cultivo en el laboratorio. El director de investigación y desarrollo, Arthur Roach, dijo: "Esta importante investigación es un paso clave en el camino para ayudar a entender cómo las células madre podrían dar forma a futuros tratamientos del Párkinson".
Beneficios de la Fisioterapia
El Colegio Oficial de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana (ICOFCV) recuerda que la Fisioterapia es esencial para los enfermos de Párkinson. Gracias al tratamiento, consiguen la independencia necesaria para mejorar su calidad de vida tanto a nivel físico como a nivel psicológico. El ICOFCV recomienda que el tratamiento fisioterápico sea a largo plazo ya que estudios indican que las personas con esta enfermedad perdieron los progresos conseguidos cuando su tratamiento fisioterápico supervisado concluyó.
Por otro lado, en España se prevé que el número de personas que pueden sufrir esta enfermedad se duplique para el año 2015 y llegue a triplicarse en 2050. Los datos que ofrecía el Ministerio de Sanidad y Política Social en 2003 indicaban que en ese momento 100.000 personas sufrían esta enfermedad en nuestro país, pero ya en 2011 la cantidad ascendió a 150.000 personas. Para el ICOFCV estas cifran demuestran la necesidad de trabajar con equipos multidisciplinares especializados y desde la Fisioterapia conseguir, como objetivo final, mejorar la calidad de vida tanto a nivel físico como su repercusión a nivel psicológico de estos pacientes.