Veinte años de una institución colegial: aniversario de la creación del ICOFCV
José Ángel González
Colegiado 2381
Director de Fisioteràpia al Dia
Fisioterapeuta Centro Salud Picassent y Profesor en CEU UCH
Autor libro Historia de la Fisioterapia en la Comunidad Valenciana
Veinte años, dos décadas, un quinto de siglo... Según lo denominemos, este periodo de tiempo puede parecer más o menos laxo. Pero, a bote pronto, y para el devenir institucional e histórico, la cifra resulta risueña:
Solo veinte años precisamente tenía mi mujer (una chiquilla, diríamos) cuando culminó su carrera de fisioterapeuta en la prestigiosa e histórica universidad de Valencia, allá por el año 1988. ¡Y aún no existía el Colegio profesional de fisioterapeutas valenciano! ¡Qué digo! ningún colegio oficial de fisioterapia había visto aún la luz a finales de los ochenta en nuestro dichoso país...
En efecto, el ICOFCV, así como el resto de colegios profesionales españoles de fisioterapia son instituciones relativamente jóvenes, si bien cuentan con una intrahistoria previa, unos antecedentes bastante curiosos que superan lo meramente anecdótico.
Por ello, la primera duda que asalta a quien escribe estas líneas con el cometido de memorar este insigne aniversario (los 20 años de vida del ICOFCV) estriba en estas sencillas preguntas: ¿por dónde empezar a rememorar? ¿realizo una exhaustiva recopilación histórica? o, por el contrario, ¿me limito a una sucinta síntesis aclaratoria?...
Pues bien, dado el formato divulgativo de nuestra publicación, y sin olvidar su marcado carácter corporativo, este plúmbeo narrador ha decidido ofrecerles un ameno relato para la ocasión, siempre respetando las fuentes históricas y periodísticas, a las que afortunadamente podemos añadir numerosos testimonios orales, gracias a que son muchos los fundadores que contribuyeron a este proceso institucionalizador de la Fisioterapia y que aún viven para contarlo. ¡Vamos allá!
Corrían los inicios del año 1969 (un servidor daba sus primeros pasos, posiblemente aún en pañales) cuando se pergeñó en España, y concretamente en la luminosa ciudad de Alicante, la flamante Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF) gracias a la iniciativa de pioneros valencianos como José Llopis, Pepe Meliá y Joaquín Montenegro, todos ellos auténticos padres de esta ya histórica asociación (en compañía, por supuesto, de otros insignes fisioterapeutas españoles, lamentablemente ya fallecidos en su mayoría). Ahora bien, si los entresijos de esta precursora asociación de “fisios se coció“ en Alicante (según testimonio de los citados pioneros, a quien tuve el honor de conocer y entrevistar en persona en diversas ocasiones)1, sería oficialmente en Madrid, un 2 de marzo del citado año, en el Salón de Actos del entonces Colegio Oficial de Ayudantes Técnicos Sanitarios, donde se rubricaría dicho nacimiento: ¡la AEF! El primer nexo de unión institucional de los entonces escasísimos fisioterapeutas españoles... No olvidemos que la Fisioterapia, como profesión reglada en España, era por entonces tan solo una pequeña púber nacida en 1957.
El primer gran paso ya estaba hecho. A continuación comenzaba la ordenación territorial de dicha asociación, por lo que Valencia, como región pionera, tuvo pronto sus propias delegaciones, primero provinciales, y, ya en los ochenta, una delegación autonómica. En este segundo paso asociacionista participaron activamente varios de los socios fundadores de la AEF en la región valenciana, amén de los ya citados, como José Cantavella (Burriana, Castellón), Antonio Casabella (Valencia), Rosario Frías (Alicante), Francisco Lledó (Alicante), Manuel López Cuesta (Valencia) y Emilia Mendoza (Valencia).
No obstante, debemos hacer mención especial, en esta etapa precolegial, a cinco esforzados profesionales que contribuyeron especialmente al desarrollo corporativo en la provincia de Alicante, Vicente Toledo; en la de Castellón, Manuel Granell (de Burriana, como siempre ha reivindicado), y en la de Valencia: Enrique Bernal, Donato Navarro y Pedro Rosado. Fueron precisamente estos tres últimos fisioterapeutas (Bernal, Navarro y Rosado) quienes sucesivamente tomaron las riendas de la Delegación de la AEF en la Comunidad Valenciana a lo largo de los ochenta y comienzos de los noventa, hilvanando (y les aseguro que tuvieron que hacer auténticas “florituras“) el diseño y las bases del futuro colegio oficial valenciano de fisioterapeutas.
No fue tarea fácil, no cabe duda... Para empezar, el propio devenir de los colegios profesionales de fisioterapeutas no fue homogéneo en España: desde la creación del primero, en 1990 (Cataluña “se llevó el gato al agua“), hasta los más postreros ya superado el 2000 (¡el nuestro, de los últimos, manda gónadas!) pasó más de una década, con la paradoja añadida de que la institución aglutinadora de todos ellos, el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España, se creó en 1998, cuando aún no estaban creados todos ellos (17, uno por cada comunidad autónoma).
No es lógico, ¿no les parece? Tan desproporcionado como pretender ordenar un estado (España) sin tener organizadas a la par todas sus autonomías... Pero así somos los españoles: además de cainitas, desorganizados, permítanme el improperio.
Y en efecto, al igual que los estatutos de autonomía de las diversas regiones españolas (porque antes se llamaban regiones, por si algún lector se siente molesto al leerlo) se fueron aprobando gradualmente entre finales de los setenta y mediados de los ochenta del pasado siglo2, los colegios autonómicos de fisioterapia se irían aprobando a lo largo de los noventa e inicios del siglo XXI.
Y llegamos a nuestro intríngulis: el Ilustre Colegio Oficial de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana (ICOFCV).
El nacimiento del “colegio che de fisios“ estuvo marcado por múltiples vicisitudes, como ya puede ir sospechando el lector ateniéndose a los antecedentes que acabo de señalar:
Aunque el Ilustre Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana sea una institución de muy reciente creación, ya que comenzó su singladura oficial en 2000, su gestación fue larga y costosa, pues desde que se solicitó formalmente por parte de la Delegación de la AEF en la Comunidad Valenciana en 1991, hasta que fue finalmente creado por la Ley 1/2000 de 30 de marzo de la Generalitat Valenciana, transcurrió prácticamente una década, no falta de vicisitudes políticas como la retirada de las Cortes, el 30 de septiembre de aquel mismo año, del primer proyecto de ley para la creación del Colegio...3
En efecto, desde comienzos de los noventa se intentó seguir la estela del colectivo catalán, que como ya hemos señalado inauguró el primer colegio oficial de fisioterapeutas precisamente en 1990.
Además de los variados testimonios que hemos podido recopilar en primera persona (mucho más “jugosos“ que las a menudo escasas y frías fuentes escritas a este respecto), y que referimos en las fuentes orales al final de este artículo, el autor ha podido contar con el reciente relato de un pionero con mayúsculas: el profesor Manuel Valls, pionero en la fisioterapia del Hospital La Fe, en la docencia universitaria de fisioterapia española y, en cierta mediada, también pionero en los inicios del ICOFCV...
Me explico; si bien Valls no formaba parte del pequeño grupo gestor de la construcción legal del Colegio, sí que participó activamente en varios cometidos al respecto (incluso, le propusieron ser decano pero lo rechazó): desde acompañar a las Cortes Valencianas para intermediar4 con varios diputados de cara al debate del Proyecto de Ley de creación del Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana (1991), hasta elaborar el primer código deontológico del ICOFCV (en compañía, eso sí, del ya citado colegiado Pedro Rosado y de Antonio Font).
Pero el caso es que el proyecto inicial del 91 fue tumbado por motivos políticos, como señaló en su día el diario Levante5, o quizás por un motivo tan sencillo como la falta de ganas al respecto... Lástima que un médico como Joaquín Colomer, por aquel entonces consejero de Sanidad de la Comunidad Valenciana, no le “echase más carne al asador“, consintiendo que el Consell (el Gobierno Valenciano) diera marcha atrás en el proyecto inicial de nuestro colegio profesional, con el peregrino argumento de “los nuevos aires que se respiraban en el Gobierno del Estado, que anunciaba la libre colegiación profesional“6.
Bueno, el daño ya estaba hecho, y los fisioterapeutas valencianos tuvieron que esperar cerca de una década para poder colegiarse, quedando al respecto casi a la zaga del resto de España… ¡manda narices!
Pero un buen día, iniciando la primavera del año 2000, nuestros legisladores deciden publicar la primera ley de ese año que, bien pensado, fue… ¡la primera ley valenciana del milenio! En efecto, la Ley 1 de 2000 de la Generalitat Valenciana, de 30 de marzo, aprobaba la creación del Ilustre Colegio Oficial de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana.
Así, el 17 de junio de ese mismo año se reunió la Asamblea Constituyente del Colegio, que eligió a la primera Junta de Gobierno, integrada por los siguientes colegiados directivos:
-Decano7: Juan López Boluda
-Vicedecano: Vicente Bou Vázquez
-Secretaria: Vicenta Fortuny Almudever
-Tesorera: Hortensia Vaello Mira
-Vocales: Celedonia Igual Camacho
José Melià Oliva
Antonio Font Parra
Antonio Pascual Leiva
Juan Teruel Anaya
-Delegado por Alicante: Vicente Toledo Marhuenda
-Delegado por Castellón: José Cantavella Laínez
Y a partir de ese momento despegó el Colegio de “fisios“ de Valencia, con un rápido crecimiento en cuanto al número de colegiados, pues tras un reducido contingente inicial de tan sólo medio centenar de fundadores, la institución superaba ya en 2004 los 1.500 colegiados (en la actualidad, 20 años después de su nacimiento, nuestra institución cuenta ya con casi 6.000 colegiados en activo).
Una de las primeras aportaciones de la pionera junta rectora fue crear un órgano divulgativo, también de contenido científico, plasmado en la revista Fisioteràpia al Dia, la publicación que está usted leyendo en estos momentos... cumplimos, por tanto, también 20 años ¡mira qué bien!
Como el lector puede suponer, los primeros años de vida colegial significaron, además del citado crecimiento, la progresiva implantación de grupos de trabajo que con el paso del tiempo acabarían convirtiéndose en las actuales comisiones y secciones colegiales: las únicas secciones (emanadas directamente de la Junta de Gobierno) que son actualmente las de Formación y de Comunicación, y las numerosas comisiones (surgidas por iniciativa de los propios colegiados) como son las de Deportes, Sanidad Pública o la recientemente creada de Osteopatía.
También es obligado recordar las difíciles relaciones que ha tenido nuestra corporación con el ya aludido Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España... Una vez más, cosas de la política... ¿o quizás también de los egos personales de algunos expresidentes colegiales? La cuestión es que nuestro colegio (principalmente nuestro primer decano) tuvo serias discrepancias con la organización territorial nacional, si bien en la actualidad están más que superadas tales discrepancias. Es más: nuestro actual decano guarda excelentes relaciones con el resto de colegios, hasta el punto de formar parte de la dirección nacional de fisioterapia, ya que es el secretario general de dicho Consejo General8 (pelillos a la mar).
Volviendo al discurrir de nuestro colegio, la Junta de Gobierno del ICOFCV sufrió escasos cambios durante su primera década de existencia, aún con las elecciones pertinentes de 2002, 2006 y 2010. La mayor variación fue en las de 2010. Aquí, se incorporaron tres nuevos miembros como vocales: Vicenta Día Ivars, Manuel Alguacil Romero y José Ángel González Domínguez. Y otros tres cambiaron su responsabilidad en la misma: Manuel Ávila Peñalver fue nombrado vicedecano por Castellón y Carlos Villarón Casales tesorero -ambos eran vocales en la Junta anterior- mientras que Mª Victoria González Jiménez dejó la tesorería y pasó a ser vocal.
La gran transformación colegial llegaría en la siguientes elecciones. ¡Así es! En la primavera de 2014 se produce el primer relevo directivo (sin duda ansiado por numerosos colegiados, por aquello tan español de que quien se ancla en el poder...). Un servidor podría narrarlo ya que vivió en primera persona dicha transformación, pero mejor lo puede contar su gran protagonista, el doctor Josep Carles Benítez, que nos dejó esta breve pero acertada crónica al respecto:
“Desde su creación el 30 de marzo del 2000, no se había producido un relevo en el Decanato del Colegio Profesional. En el año 2014 el colegio se encuentra en una situación delicada, siendo dirigido por una comisión gestora compuesta por algunos miembros de la desmembrada Junta de Gobierno, de la cual habían dimitido la mayoría de sus integrantes por diferentes motivos. En mayo del 2014 debía estar constituida una nueva Junta electa, según establecían los estatutos al completarse entonces los 4 años de mandato. Una única candidatura se presentó, la encabezada por Josep C. Benítez Martínez quien no con pocas dificultades consiguió reunir a los 12 miembros necesarios (más sus suplentes) para poder hacer efectiva esa candidatura. Se reunieron los abales necesarios en tiempo y forma, y el día 8 de mayo de 2014 fue proclamada electa al no haberse presentado ninguna otra.”9
La ilusionada nueva Junta de Gobierno de 2014 se constituyó de la siguiente manera:
-Decano: Josep C. Benítez Martínez
-Vicedecano: Yasser Alakhdar Mohamara
-Secretario: José Casaña Granell
-Tesorero: Carlos Villarón Casales
-Vocales: Juan José Bruño Montesa
Bibiana Font Poré
José Ángel González Domínguez
Vera Moltó Sevilla
Francesc Taverner Torrent
Delegada de Alicante: Ana Lázaro de Gali
Delegado de Castellón: Jesús Ramírez Castillo
Delegada de Valencia: Laura López Company
Las transformaciones que este primer cambio de dirección del Colegio proporcionaba fueron espectaculares… Pero, nuevamente, cito la acertada visión sintética que de ello hizo el entonces decano, Josep Benítez:
“El primer paso para otorgar el peso pretendido por una institución como un colegio profesional fue dotarlo de unos estatutos y regímenes adecuados, que infundieran equidad, rigor y fomentaran la participación. Para ello se renovaron los estatutos, el régimen interno y se elaboró un régimen disciplinario (hasta ese momento no existía). Una novedad importante en los estatutos, en aras al espíritu democrático, fue limitar los mandatos a dos legislaturas, por expreso deseo del decano para evitar los errores del pasado y fomentar la regeneración citada. Con la estructura básica actualizada a las necesidades de una corporación de derecho público, era el momento de sanear la imagen percibida por los colegiados, y hacerles partícipes de su colegio, su cercanía y sus mismos intereses. Para ello se reestructuró la administración del colegio, dotándola de mayor profesionalidad, jerarquizando los procesos, las tareas y la asignación de responsabilidades“.10
Muchas fueron, en efecto, las transformaciones conseguidas en los cuatro años del mandato de Benítez y sus “ad lateres“ (doy fe, pues yo mismo fui uno de sus secuaces en tan revulsiva directiva).
Sin duda alguna, amén de los numerosos encuentros científicos y eventos sociales promovidos desde entonces, un hito especialmente entrañable supuso la 1ª Gala de la Fisioterapia promovida por el ICOFCV, celebrando con ella el XV Aniversario de la institución en octubre de 2015: una hermosa jornada memorable que congregó a numerosos agentes de la sociedad valenciana en torno a la Fisioterapia.11
Pero, para no fatigar al lector a estas alturas del artículo, solo quisiera concluir destacando la labor de la actual Junta de Gobierno, que ha sabido coger el testigo, desde 2018, y reforzar los cimientos establecidos en 2014, gracias a la labor de nuestro actual decano, José Casaña Granell, respaldado por Cristina Salar, Carlos Villarón, Enrique Cuñat, Ana Lázaro, Jesús Ramírez, Laura López, Vicenta Díaz, Vera Moltó, Francesc Taverner, Jerónimo Benavent y Juanjo Bruño.
A todos ellos y, muy especialmente a todos los colegiados que hacen posible esta institución, gracias y enhorabuena por estos primeros 20 años de vida.
To be continued...
Puedes leer el artículo en pdf: Racó Històric FAD Diciembre 2020