En un momento marcado totalmente por el COVID-19 y por la vacunación contra el mismo, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana (ICOFCV) sigue trabajando por su colectivo, adaptando sus servicios, facilitando ayudas a sus colegiados y colegiadas dirigidas a paliar los efectos de esta crisis sanitaria y económica así como poniendo en valor la profesión y reclamando a la Conselleria de Sanidad que no diferencie y vacune tanto a los fisioterapeutas de la sanidad pública como a los de la privada, dado el alto riesgo de contagio al que se enfrentan estos profesionales sanitarios día a día, tal y como nos cuenta el decano del ICOFCV, José Casaña, en esta entrevista publicada por el periódico Las Provincias.
Usted ha insistido a Sanidad que no diferencie y que vacune a todo el colectivo, trabaje en el sector público o en lo privado, por igual…
Así es. Todos somos conscientes de la escasez de vacunas, de los problemas de abastecimiento por parte de las farmacéuticas, pero esto no exime de que el Plan de Vacunación se esté realizando bajo criterios de desigualdad. Según dicho plan se debe vacunar a todos los profesionales sanitarios, como son los fisioterapeutas, sin diferenciar si ejercen en la sanidad pública o privada, una situación que no se ha dado.
Hasta el momento, en esta primera fase sí se ha realizado distinción entre ambos ámbitos, algo que no tiene justificación. ¿A qué nos enfrentamos en nuestra práctica diaria? Sirvan estos ejemplos para que políticos, gestores y sus asesores entiendan muy bien cómo se fundamenta nuestra reivindicación y el trato de desigualdad patente que estamos sufriendo.
Ante un esguince de tobillo o de rodilla mientras realizamos nuestras actividades de la vida diaria como una caída o mientras se corre, ante una lesión cervical por un accidente de tráfico o debido a una mala postura, o ante una lumbalgia aguda causada en el entorno laboral, la gente acude tanto a las clínicas privadas de fisioterapia como al sistema público, con una notable diferencia, que en este último están saturados por una pandemia que hasta la fecha no se ha controlado y en la que, desgraciadamente para nuestro colectivo, no se ha gestionado con el adecuado asesoramiento.
Por todo ello, personalmente y desde la Junta de gobierno del ICOFCV reclamamos que se vacune a los fisioterapeutas que ejercen en la sanidad privada, tanto por cuenta propia como ajena, en las mismas condiciones y tiempos que el resto de fisioterapeutas de la pública, es decir, de forma inmediata.
¿Han tenido respuesta de la Conselleria al respecto?
Hace un par de semanas, tras las diversas peticiones para reunirnos con la Administración, todos los representantes de los colegios profesionales sanitarios mantuvimos una reunión online con Ana Barceló y, aunque mostró buena predisposición, lo cierto es que no nos dio suficiente información para nuestro colectivo, ni una fecha sobre cuándo empezarían a vacunar a los fisioterapeutas que mayoritariamente trabajan en el sector privado.
De nuevo, de los que depende, y estamos sujetos a sus decisiones, parecen no considerar que quienes trabajan en la sanidad privada están igual de expuestos al virus. Si bien es cierto que la mayoría de los pacientes con coronavirus están siendo asistidos en la sanidad pública, nuestras consultas atienden a multitud de pacientes sin saber si son COVID-19 positivo o no. Además, nuestras actuaciones se caracterizan por ser tratamientos con contacto directo y estrecho con el paciente, de una duración de más de 45 minutos, y en muchas ocasiones en zonas corporales cercanas a las vías aéreas superiores como problemas cervicales, cefaleas y lesiones en la ATM, lo que conlleva una alta probabilidad de riesgo de contagio. Esta es la cruda realidad a la que nuestros colegiados y colegiadas se enfrentan día a día y de ahí que deba encarecidamente insistir a Sanidad que de una solución ya.
¿Cómo han afectado las medidas de seguridad a las clínicas de fisioterapia?
El compromiso de los fisioterapeutas con la salud de sus pacientes es absoluto, comprometido e integral. Los centros de fisioterapia, con gran esfuerzo personal y económico, han adoptado todas las medidas de prevención necesarias y están cumpliendo todas las exigencias para poder tratar a los pacientes con la mayor seguridad. Las clínicas son un entorno seguro y los ciudadanos pueden acudir a ellas con total tranquilidad. A pesar de que estamos viviendo una pandemia que está sacudiendo todo en todos los ámbitos, no debemos olvidar que más allá del virus, muchísimas personas se están viendo afectadas por multitud de problemas, lesiones y/o patologías a las que deben de hacer frente, y que necesitan de tratamiento fisioterapéutico, sin posponerlo.
Esa es la línea de la última campaña que acaban de lanzar desde el Colegio, ¿no?
Sí, tras ayudar a nuestros colegiados y colegiadas con la contratación de un seguro COVID-19 y con campañas para facilitarles material EPI, con el inicio de año hemos puesto en marcha una campaña dirigida específicamente a la sociedad en la que, bajo el eslogan “La Fisioterapia pone color a tu vida, acude a tu fisioterapeuta”, queremos recordar la importancia de cuidar la salud e invitar a los ciudadanos que lo necesiten a que acudan, sin dudarlo, a su fisioterapeuta tanto para prevenir como para tratar lesiones o patologías con total seguridad.
Más allá de tratar lesiones musculoesqueléticas, que son las más frecuentes, la fisioterapia actúa en muchos otros campos como el neurológico, el cardiovascular, el respiratorio, el suelo pélvico, oncológico, vestibular, escolar, comunitario… y abarca un amplio rango de edades, incluyendo desde la pediatría hasta los cuidados de la tercera edad. Todo esto no se puede parar, hay que seguir prestando esta atención bajo la máxima calidad y seguridad.
La pandemia ha puesto de relieve la importancia del trabajo del fisioterapeuta, especialmente en el tratamiento de los pacientes COVID-19…
Sin duda, el trabajo en primera línea desarrollado por todos los fisioterapeutas durante la pandemia y la ayuda esencial que ofrecen día a día a los pacientes con COVID-19, tanto para salir de las UCI como para recuperar su movilidad y funcionalidad, facilitándoles la vuelta a su vida diaria, es esencial como se ha visto y se está viendo, aunque con tristeza debo asumir que quien debe verlo y valorarlo no está haciéndolo. Por ello, desde el cargo que represento, reitero una vez más mi más sincero reconocimiento y traslado mi enhorabuena a todos ellos por su trabajo, dedicación, implicación y profesionalidad.
Pero la fisioterapia no solo es importante en pacientes con coronavirus. Como comentaba antes, es una profesión sanitaria de primer orden que aporta mucha salud y mejora la calidad de vida de los pacientes en multitud de patologías, tanto en UCI como en hospital, como en atención primaria. De hecho, una de nuestras reivindicaciones constantes a la Administración que ayudaría, sin duda, es el incremento de la plantilla de fisioterapeutas en la sanidad pública. Cabe recordar una vez más, que hay un fisioterapeuta por cada 10.000 habitantes cuando los expertos recomiendan uno por cada 1.000. Esto afecta a la atención y genera largas listas de espera; algo se está haciendo mal y debemos cambiarlo. Está más que demostrado que el trabajo del fisioterapeuta acorta tiempos de ingreso y de recuperación con el consiguiente beneficio sanitario y económico que esto conlleva. Quiero decirlo alto y claro: el fisioterapeuta debe estar más presente en la Sanidad pública.