Cada vez son más los padres que optan por portear a sus pequeños, en muchos casos porque es un estilo de crianza que fomenta el contacto con sus bebés. Con motivo de la Semana Europea del Porteo, que se celebra desde el 3 al 9 de mayo bajo el eslogan “Seguro en mis brazos”, nuestra colegiada Vera Moltó nos cuenta los beneficios del porteo y cómo debe hacerse para que sea ergonómico y seguro.
Cada vez es más frecuente ver a padres portear a sus bebés, como si de una moda se tratara. Pero nada más lejos de la realidad. Sólo hay que mirar a nuestros antepasados o a las comunidades indígenas para comprobar que se lleva haciendo desde hace siglos.
El ser humano es una especie altricial: nacemos inmaduros y dependemos de los cuidados maternos/paternos para poder sobrevivir. El nacimiento no es una separación entre la madre y el bebé, sino una continuación de esa dependencia pero fuera del útero, etapa que se conoce como exterogestación del bebé o los segundos nueve meses de "embarazo". En esta es muy importante el contacto y la atención del cuidador para generar un apego seguro. Y el porteo se convierte en una herramienta más para llevarlo a cabo.
Sus beneficios son múltiples. Para indicarlos usaré palabras de Paula Angulo, asesora de porteo: “aporta seguridad, calor y tranquilidad potenciando el apego seguro, mejora problemas de cólicos y reflujo gastroesofágico, ayuda a prevenir plagiocefalias posicionales y displasias de cadera, que muchas veces acaban en manos del fisioterapeuta”.
Para ello, el portabebés utilizado debe ser ergonómico; es decir, tiene que respetar la fisiología y fisionomía del bebé y del adulto.
A menudo observamos falta de información respecto al porteo ergonómico y seguro. Para entenderlo mejor debemos conocer previamente anatomía básica del bebé.
El bebé nace con una cifosis total, en forma de C. Alrededor de los 3-4 meses, cuando empieza a sostener mejor la cabeza, aparece la lordosis cervical. Muchos pasan por la etapa de reptar y gatear hasta que con la sedestación y finalmente bipedestación se forma la lordosis lumbar.
Por este motivo, al menos hasta que el bebé consiga la sedestación se aconseja usar dispositivos de porteo tipo fular o bandolera en lugar de mochila ergonómica; la tela de ambos siempre se adaptará mejor que una mochila ergonómica estándar ya que al anudarlo bien se acopla a cada centímetro del bebé y de su porteador. Actualmente también hay dispositivos mixtos entre fular y mochila que facilitan al porteador su colocación.
En el porteo ergonómico, el peso queda repartido entre todos los segmentos vertebrales y éstos a su vez sobre la tela del dispositivo. Cuando no es ergonómico el peso recae en vertical ejerciendo una mayor presión en la región lumbosacra (en estos casos el bebé queda suspendido, la columna va prácticamente recta y lleva las piernas colgando).
Asimismo, queda totalmente desaconsejado el uso de portabebés con el bebé mirando hacia adelante: no respeta en absoluto la anatomía de la columna vertebral del bebé y en muchos casos tampoco la del porteador.
Otro punto anatómico importante es la cadera. El International Hip Displasya Institute aconseja que el fémur vaya apoyado en el sistema de porteo para evitar que el bebé pueda sufrir displasia de cadera.
La posición idónea para el bebé es la que adopta forma de ranita: el bebé va sentado, la espalda forma una “C” (imagen 1) y las piernas una “M” (imagen 2). En esta última imagen se puede observar como las rodillas quedan sensiblemente más elevadas que las caderas.
Imagen 1: Espalda forma una "C" Imagen 2: Las piernas forman una "M" con las rodillas más elevadas que la cadera
Por último, hay que recordar que a pesar de realizar un porteo ergonómico también debe ser seguro: la cara del bebé debe de ser visible, la nariz y la boca tienen que estar libres y hay que evitar que se escurra hacia abajo.
A modo de conclusión, podemos señalar que las mochilas llamadas “colgonas”, es decir, aquellas en las que el bebé queda suspendido de las ingles y los genitales son totalmente inadecuadas y más aún si el bebé va mirando hacia adelante.
El porteo debe ser ergonómico y seguro. Por ello, como fisioterapeutas debemos informar a nuestros pacientes y aconsejarles que acudan a talleres y/o a asesores de porteo para conocer el amplio abanico de dispositivos de porteo que existen en el mercado y que cumplan con todas las recomendaciones.
Vera Moltó
Vocal de la Junta Gobierno ICOFCV
Colegiada 3291
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