Page 48 - FAD Diciembre 2024

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Estos tres fulanos, como digo, no cejaron en la pasitos muy cortos y con menos expectativas de
gestión del desastre y decidieron tomarle el pul- éxito que un quiosco de pipas en Groenlandia.
so a la tragedia sobre el terreno. Llegados los
primeros informes se pusieron en contacto con Afortunadamente para los valencianos Tomás Tré-
Vicente Mortes, director general de la vivien- nor vuelve a escena y le planta cara al gobierno
da por aquel entonces, conminándole a viajar central del dictador por su demora manifiesta en
a Barcelona urgentemente para transmitirle a la reconstrucción de la ciudad y en el progreso del
Franco la gravedad y extensión del desastre en Plan Sur. Trénor, harto del postureo en el Pardo,
la ciudad. Para que entendamos al personaje les exigió de Franco, del gobernador civil, del minis-
cuento que Vicente era ingeniero de profesión, tro de obras públicas y del sursum corda que se
fascista hasta las cachas y miembro del Opus agilizaran las ayudas económicas y materiales, ha-
Dei; si lo pilla Pedro I el Cínico le hace un cordón ciéndolo con tanto ahínco que Franco, harto de
sanitario de no te menees. Atendiendo al asunto, que le tocasen la hueva morena, le destituyó de
Vicente se entrevista con Franco y desde ese mo- la alcaldía en 1958. Su sustituto, Adolfo Rincón de
mento se hace cargo de los afectados, propor- Arellano García, falangista desde que le estrechó
cionándoles alojamiento temporal hasta que en la mano a José Antonio Primo de Rivera en 1935 y
pocos meses se levantaron 1.500 viviendas para cardiólogo de profesión, tuvo la responsabilidad
acogerles en las barriadas de Virgen de la Fuen- de llevar adelante el Plan Sur hasta su culminación
santa, en el Cabañal, Torrente y Paterna. Haga en 1969 en cuyo momento, casualidades de la vida
usted un poquito de hemeroteca querido lector y a raíz del escandaloso caso Matesa que propició
y compare la actuación inmediata, el compromi- la ascensión al poder de ministros afines al Opus
so personal de estos cuatro personajes ultrade- Dei, (un jugoso melón que abrimos en otro mo-
rechistas, malvados fascistas de medallita de la mento si me lo pide el cuerpo), Adolfo Rincón de-
Virgen con la brillante actuación de los políticos cide presentar su dimisión como alcalde de Valen-
de hoy mismo que usted y yo tenemos en mente, cia, abandonando la política definitivamente para
adornados de virtudes patrias quienes sientan dedicarse a lo suyo, a sanar corazones enfermos
sus democráticos traseros en la Moncloa y en el en su clínica privada con pasta por delante.
Palacio de la Generalitat Valenciana, defenso-
res de su actuación política y personal durante El Plan Sur se lo pagaron en gran parte los va-
la DANA de 2024. Hagan memoria y háganle la lencianos a veinticinco céntimos la tirada bajo
prueba del algodón a ver qué pasa. el mandato de Adolfo Rincón: todas las cartas y
paquetes postales remitidos desde Valencia lleva-
Tras aquella terrible riada se propuso hacerle un ban un sello adicional cuyo coste iba destinado
nuevo cauce al río Turia para evitar otra que aca- directamente a sufragar el asunto. Simplificando
base de ‘joder la marrana’. De las dos propuestas para traerlo al presente: gracias a la mosca cojo-
sobre la mesa, si desviarlo por el norte o por el sur nera de Tomás Trénor y a la toma de testigo de su
de la ciudad, ganó por goleada la segunda nacien- sucesor en la alcaldía de Valencia el Plan Sur evitó
do así el Plan Sur que usted y yo conocemos hoy. sin duda alguna que la DANA de 2024 no tuviese
De todos era sabido que el Generalísimo tenía peores consecuencias de las que tuvo; esto es así
cierto desapego hacia Valencia, tal vez por haber querido lector, le votemos usted y yo al que nos
sido esta ciudad el último bastión republicano en salga de las narices. Mal que les pese al conjunto
las postrimerías de la Guerra Civil (una guerra que de historiadores revisionistas que se empeñan en
todavía tenía sus muertos muy frescos pues no ha- modificar la historia de España a la conveniencia
cía ni veinte años que había acabado) así que, tal política del que les pague las mariscadas, fueron
vez por eso, el Plan Sur comenzó despacio, con un marqués y procurador de las cortes franquistas