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De vendajes y competencias
José A. Polo Traverso
Colegiado de Honor del ICOFCV
PT, DPT, FAAOMPT. Doctor en Fisioterapia
Fellow de la Academia Americana de Terapia Manual
Subdirector de Fisioteràpia al Dia
La culpa la tengo yo por preferir la clasificación concisa de los elementos que compo-
nen un conjunto frente a la directriz laxa de las líneas que delimiten tales elementos;
debe ser porque en Segundo de B.U.P. elegí Ciencias en vez de Letras. ¿Que no sabe
usted lo que es el B.U.P? Haga una pausa y pregúnteselo a su padre o a su madre
que seguro que ellos sí lo saben. En fin, como les iba diciendo, esa división clara y
concisa que me gusta hoy tanto como me gustaba ayer resulta tremendamente útil
para delimitar, por ejemplo, propiedades inmobiliarias (consulte los planos querido
vecino, aquí termina su jardín y comienza el mío), demarcaciones territoriales (esto
de aquí es España Monsieur Napoleón, tenga la bondad de regresar al otro lado
de la frontera tout suite), leyes del movimiento newtonianas (la aceleración angular
es directamente proporcional al par neto e inversamente proporcional a la inercia
rotacional) o elementos anatómicos (el diafragma separa el peritoneo de la cavidad
torácica). ¿Mucho mejor así, no les parece? Elementos de un conjunto separados por
un trazo firme. Todos contentos.
Habrán advertido que este número de FAD está dedicado a los vendajes en Fisiote-
rapia y que los protagonistas que se asoman a ella son expertos en la prescripción
y construcción de vendajes, muy especializados para cada lesión o enfermedad. La
división entre el vendaje dirigido a reducir linfedema por parte de mi amiga y com-
pañera de promoción Blanca Pardo es distinto al vendaje de soporte articular en el
ámbito deportivo de Jordan Sospedra por poner un ejemplo: ambos tienen objetivos
distintos, se construyen de forma muy distinta y tienen distintos niveles de efecti-
vidad. Todo chachi piruli hasta que hablamos de competencias sanitarias; en esos
casos las líneas se vuelven confusas, difuminadas en matices de gris, turbias como
las que separan ineficacia de incompetencia. Por ello, a medida que elaboraba este
artículo y me quedaba sin Tullamore Dew me preguntaba, ¿quién tiene competencias
para construir un vendaje deportivo, un fisioterapeuta o un preparador físico? Porque
vamos a ver, ¿es lo mismo que una enfermera o una fisioterapeuta construyan, por
ejemplo, un vendaje reductor de linfedema? ¿Damos por bueno un vendaje funcio-
nal al tobillo de un futbolista tanto si lo completa un fisioterapeuta o un preparador
físico? Y en el caso del futbolista lesionado, ¿lo daremos por bueno dependiendo del
grado formativo que posean el ‘fisio’ y el preparador, del éxito obtenido, de la ne-
bulosa separación de sus competencias profesionales o de los goles que marque el
Recreativo Onubense de aquí a Navidad? La cosa se complica un poco más cuando
para un diagnóstico específico el sufriente (término que me acabo de inventar y que
espero les guste) puede llegar a recibir el mismo vendaje y aplicado con la misma
técnica de manos de un fisioterapeuta, un enfermero, un preparador físico o un fa-
cultativo especializado en medicina deportiva o rehabilitación. Tras consultar el asunto